jueves, 2 de diciembre de 2010

PRÁCTICA 9: Redes (profe)sociales

Las redes sociales se han convertido en un arma de doble filo. Lo que empezó utilizándose para comunicarse con los demás de forma online y gratuita pasó a ser la ventana de nuestras vidas por la que cualquiera puede asomarse y vernos o bien trabajando o bien haciendo alguna otra cosa más "comprometida".

Hoy en día no sólo personas individuales utilizan las redes sociales para comunicarse con demás usuarios sino que las empresas mismas también han optado por "indagar" sobre aquellos usuarios que aspiran a formar parte de su equipo profesional, y sino no hay más que echar un vistazo a uno de tantos artículos que hablan sobre este tema, como el del portal estadounidense de empleo CareerBuilder, que dio a conocer un estudio en donde se reveló que el 45% de los empleadores encuestados utilizan las redes sociales para investigar a aquellos aspirantes a un trabajo en sus empresas y que de las empresas consultadas un 29% dijo que a través de las redes sociales pueden analizar las habilidades de comunicación del candidato. 

Según la web buscarempleo, la gerente de Relaciones Públicas de Manpower, Laura García apunta que “Todo lo que está en Internet es público, basta con que alguien se dedique a buscarlo, incluyendo al reclutador o a tu propio jefe”. La misma web publica que "no sólo en las selecciones de personal se usan las redes sociales para sondear, también se emplean para vigilar la transparencia y reputación que los empleados manifiestan en estos espacio virtuales sobre su compañía". 

Muchos aconsejan, entre otros el  catedrático del Tec de Monterrey Ciudad de México, Jesús Meza, “Limpiar tu imagen virtual”  para que no perjudique tu búsqueda de empleo. Así que hay que andarse con ojito a la hora de publicar determinadas fotos o plasmar opiniones al respecto de cualquier tema porque puede que esa "imagen" se vuelva en nuestra contra y sea el detonante para tachar nuestro nombre de la lista de candidatos al puesto.

¿Esto quiere decir que es mejor borrar nuestro perfil de las redes sociales o cambiar nuestro nombre de usuario para que así las empresas no nos encuentren? No, todo lo contrario, hay que estar en gran parte de las redes sociales, y los que estudiamos profesiones relacionadas con la comunicación aun más, pues los gerentes que busquen nuestro perfil y no encuentren nada pueden descartarnos por el hecho de no estar inmersos en el mundo 2.0. Así que, no sólo en las generalmente conocidad Tuenti y Facebook, sino también debemos darnos de alta en otras como jobandtalent, viadeo, linkedin o xing (como ya hemos hecho nosotros) y reflejar en todas ellas el mismo perfil profesional y apto para aquel puesto de trabajo que ansiamos conseguir.

A nivel personal debo confesar que hasta hoy no conocía esas redes "profe-sociales" que he nombrado. El leer los artículos relacionados e investigar un poquito en ellas me ha hecho plantearme el potencial que otorgan las redes sociales y mucho más el saber manejarlas para reclutar personal. Es por eso que debo dar un giro de 180º a mis perfiles online, puesto que para empezar suelo aceptar siempre en mi lista de contactos a todos los compañeros de clase o de cualquier actividad, aparte de tener a mis amigos y familia. La verdad es que ni si quiera reconozco mi nombre al completo ni indico mi fecha de nacimiento real, por no decir que los apartados de "mis intereses y aficiones" están completamente en blanco y no suelo entrar a debate de muchas cosas. No por ningún motivo en especial, sino porque hasta ahora pensaba que era una tontería reflejar la información personal en una red social donde cualquiera puede conocerte en el tiempo que le lleve leer tu perfil. ¿Dónde queda la diferencia entonces entre los amigos que han invertido su tiempo en charlar contigo y descubrir que te apasiona el snowboard y escuchar a Sabina de aquel que pasa por tu perfil y te lee en cinco minutos? Ese era mi pensamiento hasta ahora, y lo sigo manteniendo, pero supongo que los tiempos han cambiado y una puede combinar ambas realidades de forma que se abra puertas profesionales y siga manteniendo cerradas sus ventanas sociales.

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